En Sarriegui, producen sus patatas fritas de manera artesanal, utilizando aceite de oliva de primera calidad y seleccionando cuidadosamente las mejores variedades de aceitunas para obtener un aceite con un sabor afrutado, baja acidez y alto contenido de grasas monoinsaturadas saludables.
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En Sarriegui, producen sus patatas fritas de manera artesanal, utilizando aceite de oliva de primera calidad y seleccionando cuidadosamente las mejores variedades de aceitunas para obtener un aceite con un sabor afrutado, baja acidez y alto contenido de grasas monoinsaturadas saludables. Estas patatas fritas se han vuelto famosas y reconocidas en el mundo de los snacks gracias a su insuperable sabor y la ausencia de conservantes y gluten en su elaboración.
La empresa, ahora dirigida por una segunda generación, mantiene el compromiso con la calidad certificada y el cuidado en todo el proceso de fabricación. Solo utilizan tres ingredientes: patatas, aceite de oliva virgen extra y sal. La selección de las patatas es rigurosa, buscando aquellas que sean regulares, sin ojos, sin verdeado, resistentes a infecciones y con un tamaño superior a 50 mm.
El aceite de oliva virgen extra es empleado de manera especial, evitando el recalentamiento y sustituyéndolo permanentemente por aceite nuevo para preservar sus cualidades. El proceso de salado se realiza de forma manual, y en cada fase del proceso de elaboración, el personal supervisa y cuida con esmero para asegurar la calidad del producto final.
Con esta dedicación y cuidado en cada paso, las patatas fritas Sarriegui se han expandido por el mundo, manteniendo su prestigio y sabor distintivo que las hace únicas en el mercado de los aperitivos.
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